Reseña: De raíz gritaré la frontera (de Dolo Trenzadora). Por Inés Rando

 

Si aceptamos que frontera tiene que ver con territorio, podemos preguntar por el lugar: ¿dónde? La respuesta es múltiple. Hay en esta voz poética infinidad de territorios. La frontera — se supone — traza un límite, divide. Acá las múltiples divisiones ocasionan un estallido: Paraguay/ Argentina; el Gran Buenos Aires/ Capital Federal; el castellano/ el guaraní; lo público/ lo privado; lo que se desea/ lo que se termina haciendo; lo que dicen los demás/ lo que unx siente; la mirada del otrx/ la propia mirada.

Hay también un acá y un allá entre la verdad y la mentira. En el guaraní encontramos la verdad, las raíces, el instinto. La mentira es extranjera, siempre amenazante. En estos textos hay más cuestionamientos que respuestas y esto se debe, a su vez, a la intención de llamar a la reflexión, de despertar una conciencia apaciguada. En este sentido, podemos realizar otra pregunta: ¿dónde se sitúa la voz? Todo el poemario es una búsqueda del lugar, es una lucha por encontrar un terreno y plantar bandera.

Y en medio de este mapa, ¿dónde está la mujer? Siempre tratando de definir un lugar por sí misma, para sí misma y también respecto a las otras mujeres. Voz movediza, la mujer (y el concepto de mujer) se expande y se abre paso entre todos estos caminos encontrados. Es una mujer que se repliega en la esfera privada y apela a los cantos, a las recetas sanadoras, pero solo para hacerse grande y salir a gritar sus verdades en la vida pública. “Todo lo que pasó tenía que pasar/ son buenas estas cicatrices. Las cicatrices serán el territorio de la memoria y desde allí se construirá un nuevo lugar, más visible y más fuerte. Asistimos, entonces, a una metamorfosis: “y está bien/ que estalles/ abierta/ ahora/ que estuviste aquí” (Panambi – Mariposa)

De igual manera el territorio es cambiante, es móvil y así también las fronteras y los límites. Se busca la identidad a través de la herencia, a través del idioma-raíz, a través de la cocina y los cantos. El ritmo y la musicalidad están impregnados en este poemario a modo de invocación. Se pide por el amor, por la justicia social, por la igualdad: “las fronteras las inventaron para los pobres”. Esta voz poética se anima a saltar las fronteras, a cuestionarlas a borrar los límites impuestos por los demás. Se siente encerrada, enjaulada y desde ahí grita, cuestiona, canta. Invoca en español, en guaraní, en portugués, en inglés y en la voz griega de Safo.

A medida que se recorre el territorio de este poemario podemos llegar a la conclusión de que una vez atravesado ese estallido inicial, entramos en un terreno más profundo y oculto en donde el lenguaje se deshace y deja espacio al sonido desarticulado: el alarido, la música. La voz poética ejerce un poder contradictorio: señala los límites para luego barrerlos y desdibujarlos. Quiere llegar al núcleo en donde ya no hay idioma, no existe la división, porque en definitiva el grito es uno solo: de raíz gritaré la frontera.

Inés Rando




Comentarios

  1. Hermosa reseña, qué ganas de leer más de Dolo. Dónde puedo conseguir este poemario?
    Fuerte abrazo y felicitaciones y gracias por su laburo editorial, por buscar y publicar nuevas voces.
    Martín, desde Córdoba.

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